
El Bolsón (o mi pequeña decepción)
En un principio no contábamos pasar por El Bolsón, si no ir directamente a Bariloche. Pero tanta gente nos habló tan bien de este sitio, que mi padre y yo decidimos hacer una parada allí. (Tras una noche y más de medio día de bus)
Sé que muchos de mis conocidos argentinos (y no argentinos) no estarán de acuerdo conmigo, pero para mí El Bolsón fue una pequeña decepción. Es cierto que es un pueblo bonito, como pudimos comprobar desde el mirador al que subimos tras acomodarnos en un Hostel, puede que el mercado artesanal (que nosotros no vimos) sea muy interesante (si te gustan los mercados, claro) y, si te va el rollo hippie, definitivamente éste es tu pueblo…
Pero si no es el caso, y lo que te gustan son las rutas de senderismo, la naturaleza… Lo siento, pero no es un sitio «especial» para ello…
O, por lo menos, el famoso «Cajón del Azúl», del que tanto había oído hablar («¡es re-lindo!») a mi, personalmente, me defraudó muchísimo…
A ver, primero tengo que poneros en situación para que me entendáis: nos levantamos muuuy temprano para tomar un bus que dio una vuelta enoooorme hasta nuestro destino (aunque lo bueno es que conocimos la Argentina profunda, donde todos se conocían, se saludaban y besaban al subir al bus); el sendero (de polvo) es bonito (sin más) pero muy duro (subidas y bajadas muy pronunciadas) bajo un calor infernal… Y encima a mi me dolía el talón a cada paso…
Con nuestro amigo italiano Eduardo en un pick up
Y al llegar, esperaba… no sé… algo más…
«Escalando» los últimos metros
Casi pierdo los pies… ¡El agua estaba helada!
Es un puente sobre un cañón (cajón) por donde ves un río (muy) al fondo (Rio Azúl). Y ya está. De hecho, pasamos sin saber que eso era el famoso cajón. Tuvimos que preguntar porque creíamos que nos lo habíamos pasado sin querer…
El famoso puente sobre el Azúl
Así que nada, después de tres horas de caminata, una cerveza y un bocata, media vuelta (otras tres horas bajo el sol).
Para volver al pueblo tomamos un taxi, no quería esperar más de dos horas a que pasase un autobús.
Un paseíto por el pueblo, cena en el hostel y poco más.
Cena/homenaje de nuestra primera noche
No sé, quizá fuese mi culpa, pero El Bolsón no me cautivó…
Bariloche nos esperaba al día siguiente.
No comentarios