Ica y el Oasis de Huacachina.

Ica y el Oasis de Huacachina.

La mayoría de viajeros solo pasa por Ica para ir a Huacachina. Pero nosotros encontramos un «pedazo» de hostel (Ica Adventures 2) a un precio muy asequible con bar, ping-pong, billar, un muy buen desayuno incluido, una terraza con unas preciosas vistas… Así que decidimos quedarnos un día por allí e incluso hicimos turismo por Ica… La palmera de Siete cabezas Entre las cosas que hacer en Ica, se encontraba visitar esta curiosa palmera de la que, según dicen, sólo existen dos en el mundo (la otra está en el sur de África) Para llegar hasta ella, mi querido Harry decidió que había que seguir el camino más corto que nos indicaba Maps.me, aunque éste resultaba atravesar… ¡un auténtico vertedero! La palmera en sí pues… bueno, es algo que podría haber sobrevivido sin conocer. Se trata de una extraña palmera, cuya principal y más rara característica es que no crece recta hacia arriba, si no que los troncos han crecido por el suelo como si se tratase de una serpiente petrificada. A simple vista parecen ser varias palmeras que nacen del subsuelo en lugar de una, sin embargo todas tienen la misma raíz, pero diferentes cabezas o troncos. El caso es que un chaval que andaba por allí nos contó (casi de carrerilla) algunas de las leyendas sobre la misma (a cambio de unas monedas…)
En primer lugar, nos llamó la atención que, aunque el nombre dice «siete cabezas», la verdad es que solo se veian seis. Más tarde comprendimos porqué: la leyenda de los pobladores de Cachiche (el poblado donde se encuentra) cuenta que si se dejase crecer la cabeza número siete, provocaría inundaciones o desastres que afectarían a toda la ciudad de Ica.
Esta leyenda cuenta la historia de una de las brujas del pueblo, que al enterarse que iba a ser sacrificada por sus compañeras (que creían que de esta forma conocerían el futuro) se subió a la parte más alta de esta palmera. Cuando las otras brujas se enteraron, la atacaron desde las otras cabezas. Antes de morir, la bruja lanzó la maldición de la séptima cabeza. Existe otra leyenda que habla de un tesoro español y la batalla entre un pulpo (que custodiaba dicho tesoro) y una bruja por el mismo. Incluso, en 1998, el pueblo dejó crecer la séptima cabeza y sufrieron una inundación (parece ser que provocada por el fenómeno «El Niño») Esto solo provocó que el temor por la leyenda creciera.
Esa noche nos encontramos con nuestra querida alemana Lisa y nos preparamos para ir a Huacachina al día siguiente. El Oasis de Huacachina Poco o nada había oído hablar antes de llegar a Perú sobre este lugar que se encuentra a tan sólo 10 minutos en tuc-tuc del centro de Ica, Huacachina: kilómetros y kilómetros de dunas de blanca arena, simulando un auténtico desierto y, en el medio, una laguna verde esmeralda con algunas casitas y edificios alrededor (hoteles, albergues, restaurantes…) formando un precioso Oasis. La oferta de actividades es grande. La más conocida: una divertida ruta en un buggie por las dunas del desierto con parada para hacer Sandboard (como el Snowboard, pero en la arena). Así que, tras volver a reunirnos con Francis y Cécile (los amigos franceses) y junto a Lisa, pasamos una tarde inolvidable de risas, que finalizó con una subida a la duna sobre el oasis, unas divertidas cervezas y una cena en buena compañía. Al día siguiente teníamos planeado irnos, pero convencí a Harry para quedarnos a disfrutar un poco más: pasamos el día en la piscina, recorrimos las dunas a nuestra bola, hicimos fotos de Wall-e y Chiwaca, disfrutamos de la puesta de sol… Además, aprendimos algunas cosas sobre el lugar: el nombre de Huacachina significa “Mujer que llora” y se debe a una leyenda. Ésta cuenta la historia de una princesa que, después de casarse con su amor, éste tuvo que partir a la guerra en donde finalmente murió. La mujer, al enterarse de la noticia, entró en una profunda tristeza y fue a llorar la muerte de su amado al mismo lugar en donde se conocieron. Sus infinitas lágrimas fueron las que formaron la laguna. Dicha princesa se convirtió en una sirena, según cuentan los lugareños. Por ello, existe una estatua de una princesa en la entrada de Huacachina. Dicen que aún, por las noches, se puede escuchar su llanto. Nosotros no escuchamos ningún llanto, pero si disfrutamos de la noche y el ambiente del Oasis, ya que los fines de semana muchos jóvenes vienen aquí desde Ica para tomar unos tragos, bailar… Si váis un día por allí, os recomiendo este hostel: Desert Nights. Bonito, limpio, recién reformado y con habitaciones y baños muy amplios. Al día siguiente y con un poco de resaca, volvimos a Ica para tomar nuestro autobús hasta Huaraz, al norte de Lima.
1 Comentario
  • Beatrice Mazzocchi
    Posted at 17:44h, 09 noviembre Responder

    J’ai beaucoup aimé le récit de votre étape à Ica et à l’oasis de Huacachina … par la traversée de la décharge !!!
    La légende de la princesse transformée en sirène dont les larmes ont formé un petit lac est très jolie.

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