La montaña más bonita del mundo está en Huaraz, Perú
Cuando me preguntan que es lo que más me ha gustado en mi vuelta al mundo, uno de los países (entre otros) que siempre saco a relucir es: Perú. ¿Porqué? Por su variedad de paisajes y ecosistemas: podemos adentrarnos en la selva Amazónica, disfrutar del clima tropical del Machu Picchu, hacer surf en el océano Pacífico… O descubrir que allí se encuentran el lago a más altitud del mundo, el cañón más profundo del mundo, y... la montaña más bonita del mundo: el Alpamayo, en la famosa Cordillera Blanca que, por supuesto, pertenece a los Andes peruanos. Y no lo digo yo, (que me encantó), si no que El Alpamayo fue declarado en mayo de 1966 «la montaña más bella del mundo» por la revista Alpinismus, durante el concurso de fotografía escénica de Múnich. El nombre original de esta montaña en lengua quechua era Shuyturahu. Su altitud es de 5.947 m. (Fuente: Iñaki Miro: las montañas más bellas del mundo)
Pero conseguir verla no es tan fácil como parece, ya que se necesitan tres días de senderismo por el conocido como Santa Cruz Trek.
Pero vayamos por partes. Para llegar a Huaraz (capital del senderismo de montaña en Perú) desde donde nos encontrábamos (Ica) nos tocó: tomar un bus de unas 4 horas (y bastante lujoso) hasta Lima. Una vez allí, pasamos uno de los momentos más agobiantes del viaje: salir de la estación y encontrarte literalmente rodeado de taxistas que querían llevarte a cualquier lugar pero no a cualquier precio… Al final, por ahorrarnos unos céntimos, hicimos lo que siempre te aconsejan que no debes hacer en Lima: subirnos a un coche con un desconocido sin licencia de taxi. Para completar el panorama, al llegar al coche resultó ser un «Cuatro Latas». En fin, conseguimos llegar a la estación que buscábamos sanos y salvos, comprar nuestro billete y esperar: por delante teníamos más de nueve horas de bus nocturno.
Al llegar a Huaraz por la mañana temprano, la imagen se volvió a repetir, pero ahora teníamos muy claro que íbamos hasta el hostel andando. Solo si habéis estado en Perú entenderéis de lo que hablo: sentirte completamente perseguido y acosado por decenas de conductores al grito de «¡Taxi, taxi!» o «¡Tuc-tuc!», dependiendo de la ciudad…
Al llegar al hostel, tomamos el desayuno con nuestro querido Thomas, que al saber que íbamos a Huaraz, se espero allí unos días para hacer con nosotros este Trek. Aprovechamos el día para visitar el pueblo, subir a un mirador… ¡cómo no! y reservar la ruta al mejor precio tras preguntar en varias agencias.
Trekking de Santa Cruz: conociendo la Cordillera Blanca.
En primer lugar, aclarar que este trek se puede realizar sin guías o grupo, pero no disponíamos ni de tiempo, ni del material ni de las habilidades de alpinismo necesarias para realizarlo por nuestra cuenta. Y, la verdad, creo que tampoco era la mejor estación (temporada de lluvias) para intentarlo. Además, no cambio por nada la gente tan genial e interesante con la que tuvimos la suerte de compartir estos días. Gente de todo el mundo: Holanda, Brasil, Alemania, Canada, Italia, Australia… con la que rápidamente nos entendimos muy bien… aunque tuviésemos que hablar en inglés casi todo el tiempo.
La excursión comienza, como casi siempre, cuando un mini bus pasa a recogerte por tu Hostel. Algunas veces en ese trayecto ya empiezan los primeros contactos, como la conversación de Harry con Merce, una chica catalana muy divertida que hacía este trayecto sola y de la que muy pronto nos hicimos amigos. ¡Otra valiente más!
Tras más de 6 horas de viaje con parada a desayunar, y de disfrutar de impresionantes nevados como el Huascarán, llegamos al punto de partida: allí entregábamos nuestras más pesadas posesiones para que unos preciosos mulos de carga las llevasen por nosotros… Si, a mí tampoco me gustaba demasiado la idea, pero comprendí la dificultad de hacerlo de otra manera. Cargar con toda la comida, utensilios de cocina, tiendas de campaña, etc. para cuatro días por aquellos caminos era técnicamente imposible. Son burros de carga, es su «trabajo» y no imagináis la velocidad que llevan y como se desenvuelven por senderos intransitables en algunas ocasiones. Intenté darles lo mínimo, más para aligerar mi conciencia que a ellos.
Finalmente, comenzamos nuestra aventura. Por delante nos esperaban 3 días de subidas y bajadas, conversaciones con completos desconocidos, juegos, muchas risas, algo de lluvia (poca para la estación en la que nos encontrábamos) y, sobretodo, paisajes que dejaban sin aliento. (Y esta hermosa peruana que me robó el corazón)
Dia 1. Vaquería 3,700 m – Huaripampa 3,600 m
La primera jornada fue bastante tranquila. Hicimos bastantes kilómetros pero el recorrido no era demasiado difícil: esto nos permitió mantener un buen ritmo a casi todo el grupo y poder ir juntos casi todo el tiempo. Como ya nos habían dado la comida en una bolsa, podíamos ir a nuestro propio ritmo, que ese primer día resultó ser bastante rápido.
Esta primera parte combinó lluvia y sol, pero irremediablemente al llegar a la zona de acampada casi toda nuestra ropa estaba húmeda (a pesar de los ponchos), así como los sacos de dormir y las esterillas…
Una buena sopita caliente para cenar nos hizo resucitar y todos en una misma tienda (¡éramos 18 personas!) nos echamos unas buenas risas.
Dormir con Harry y Thomas en una tienda de campaña fue como volver a mi infancia en los Scouts: carcajadas, historias, ventosidades… En fin…
Dia 2. Huaripampa 3,600 m – Punta Unión 4,750 m – Taullipampa 4,200 m
Sin duda, el día más duro. No solo por la subida, de más de 1000 m., si no por el tipo de camino y la climatología: calor, frío, lluvia… hicieron de un camino ya de por si complicado, algo realmente intenso. Pero el cual disfrutamos muchísimo.
Llegamos a Punta Unión, el punto más alto de nuestro recorrido, un pasaje rocoso que conecta dos paisajes completamente diferentes.
Y con la increíble suerte de tener un extraordinario sol al llegar a la zona de acampada, lo que nos permitió ver el nevado Artesonaju que, según cuentan, es la imagen utilizada por la Paramount para su logo.
Así que, después de montar las tiendas, poner a secar la ropa, y un baño en las frescas aguas del río (sólo los más atrevidos), fuimos en busca de una mejor vista para las fotografías e intentar echarle un ojo al famoso Alpamayo, con su vecino Quitaraju. Pero una tormenta se acercaba y unos cuantos decidimos dar la vuelta.
Y no nos equivocamos, el diluvio universal cayó sobre nosotros y, mientras Harry y Thomás (que lo habían intentado) llegaron completamente empapados, yo había pasado la tarde jugando a las cartas y otros juegos, tomando la merienda y el té a resguardo de la incesante lluvia.
Día 3. Taullipampa 4,250 m – Llamacorral 3,850 m – Cashapampa 2,800 m
El último día de ruta era casi todo bajada, y tanto Harry como Thomas, otra chica francesa y yo decidimos volver a intentar hacer la ruta del Alpamayo por nuestra cuenta, que salía desde el campamento, y luego intentaríamos alcanzar a los demás por el camino. No conseguimos verlo en todo su esplendor, pero nos fuimos satisfechos con lo que se dejó asomar tras una nube que parecía puesta allí de pega… Precioso.
El resto de camino transcurrió por la quebrada de Santa Cruz, bordeando lagos, ríos y acantilados hasta llegar a Cashapampa, un pueblito donde celebraríamos el éxito de nuestra expedición (con algunas que otra cerveza y algo de ron), un concierto de música quechua con arpa… y muchísimas risas. Pero antes nos dimos un relajante baño en unas termas naturales.
El último día sirvió de despedida, aunque muchos comeríamos juntos en Huaraz e incluso fuimos a tomar un Pisco Sour con nuestros fantásticos guías de la agencia Galaxia Expeditions, la cual recomiendo 100%. Todo fue perfecto de principio a fin: los guías, la cocinera, los cargueros que llevaban a los mulos… Una gran elección.
Una experiencia inolvidable en la que tuve la suerte de conocer a personas maravillosas.
Esa noche pusimos rumbo a Lima, donde pasaríamos unos días.
Juan
Posted at 09:53h, 14 noviembreMuy bonito, esa combinación de buena gente y naturaleza increíble es algo especial que no todos pueden disfrutar y saben valorar. Afortunados.
juanpika
Posted at 09:56h, 14 noviembrePues si, fuimos muy afortunados de poder disfrutar de todo esto durante cuatro días: sin móviles, sin internet… Sólo la naturaleza y las personas. La felicidad.
Beatrice Mazzocchi
Posted at 17:41h, 18 noviembreMerci d’avoir permis aux destinataires de votre blog de partager les magnifiques paysages de votre Santa Cruz Trek. Et, une fois de plus, bravo pour les photos.
Je comprends que la petite Péruvienne ait volé votre cœur. Elle est adorable. Il me semble que vous étiez déjà tombé amoureux au cours d’une ou deux étapes précédentes … Attention, il va y avoir de la jalousie entre ces demoiselles !
Quel est l’animal auquel avait appartenu l’énorme mâchoire que vous tenez comme si elle allait se refermer sur votre tête et vos épaules ? C’est impressionnant !
juanpika
Posted at 17:35h, 26 noviembreDe rien Beatrice! Je pense que c’était un cheval, mais je ne suis pas sur!! Merci de votre commentaire. Et oui, j’ai rencontré pas mal de belle petites demoiselles dans mon voyage!!