Rio. La maravilhosa (parte I).

Rio. La maravilhosa (parte I).

Esta va a ser una de las entradas del blog más difíciles de escribir. Es casi imposible describir una ciudad como Rio de Janeiro. Todos hemos visto fotos, vídeos, nos han hablado de ella: Copacabana, Cristo del Corcovado, Pan de azúcar… Pero Rio es mucho más. Por muchas descripciones o detalles que pueda dar, siempre me quedaré corto. Sólo cuando la visitas te das cuenta. Pero intentaré contar lo mejor que pueda mi experiencia para intentar que viajéis conmigo.

4 días. Sólo 4 días estuvimos allí. Y sé que me dejé mucho por ver. Pero también sé que tarde o temprano volveré. Porque me enamoré de Rio.

Y desde mi ventana…

Cuando llegas al aeropuerto, vas con miedo. Todo el mundo te ha dicho que es una ciudad peligrosa. Todas las precauciones son pocas: que si lleves el dinero escondido, que si no saques tu móvil por la calle, que si no lleves nada cuando vayas a la playa de Copacabana, y así un largo etcétera… Al principio sigues todos al pie de la letra. Al final, es como cualquier otra gran ciudad. Precaución y sentido común bastan.

Así que con estos miedos llegamos al aeropuerto, cogimos un taxi, llegamos al albergue, una pequeña compra, un pequeño paseo por Copa y a dormir, que estamos reventados de viaje.
Día 1. Cristo del Corcovado.

Buscando al Cristo en el parque Lage

Muy poca gente sabe (yo incluido hasta que llegué) que se puede subir al Cristo del Corcovado andando. Se trata de un sendero de unas 2 horas y un desnivel de unos 600 metros, que empieza en el Parque Lage, detrás de la escuela de Artes que allí se encuentra. Es recomendable 100%. En primer lugar, porque es mucho más barato. En segundo lugar, es un camino muy bonito. En tercer lugar, aprecias mucho más lo que te encuentras arriba. Es mi opinión, claro.

¡¿Allí está?!

Sí, allí vamos a subir…

Así que, tras esperar un poco a las chicas, Harry y yo decidimos empezar. Fue una subida muy amena, en la que encontramos monos Tiki, tuvimos que subir agarrados a una cadena y andamos por unas vías de tren.

 

Un monito muy bonito

 

Mamá, es muy sencillo, te lo prometo!

Escalando la montaña escarpada

Pequeño descanso en las vías

Al llegar arriba, si quieres entrar a ver el Cristo, tienes que pagar: 12R$ en temporada baja, unos 4€ (el doble si vas en temporada alta), pero merecen la pena. Aunque arriba está abarrotado de gente, es bastante impresionante. Como curiosidad (y casualidad) el Cristo fue diseñado por Landowski, artista francés cuyo taller se situaba en Boulogne-Billancourt (lugar de mi antigua residencia en París). ¡Que pequeño es el mundo!

Primera vista… Sin palabras

Yisus Christ y su discípulo

Cristoselfie

Vistas desde arriba

Contraluz del Corcovado

Después de las respectivas fotos, una cerveza bien fresquita mientras comíamos y esperábamos a las chicas, que llegaron con su anfitrión de CS, Pedro, un chaval muy simpático.

¡Ya estamos todos!

Contentos de estar juntos

Si no hay casi nadie…

Bajando por las vías del tren

Decidimos emprender la bajada juntos, a través de las vías del trenecito que sube y baja al Cristo, pero a mitad de camino nos dividimos. Las chicas querían seguir por el mismo camino de subida, Harry, Pedro y yo seguiríamos por las vías. Pudimos echar un ojo al centro de visitantes del Parque Natural de Tijuca (donde se encuentra el Cristo) y un amigo de Pedro nos recogió en su taxi y nos llevó a un mirador

Que no lo veo… ¿ande andará?

Pan de azúcar

Las sombra de una palmera…

Oh rei de Rio

Y más tarde a casa de Pedro, donde esperamos a las chicas para irnos a probar platos típicos brasileños: Feojada y Farafa. ¡Todo muy rico!

Vistas desde casa de Pedro

Cenando en buena compañía

Día 2. Centro histórico de Rio, barrios de Lapa y Santa Teresa y escaleras de Selaron.

El día amaneció un poco nublado, así que aprovechamos para hacer turismo más «clásico»: iglesias, monasterio de Sao Bento, Teatro (que imita a la Ópera de París), Biblioteca Nacional, Catedral (la más extraña que he visto nunca) y probar algún producto brasileño.

Dos daltónicos muy daltónicos

Iglesia de Nosa Senhora de… No sé qué

El Teatro Municipal ¿o es la Ópera de París?

Aunque no lo creáis, ¡es la catedral de Rio!

Biblioteca Nacional

Un poco de hambre. Productos típicos

Por la tarde, visitamos los barrios de Lapa, donde se encuentras los Arcos y la escalera de Selaron y probamos los famosos Sucos (zumos en español). ¡Tienen de todos los sabores!

Arcos de Lapa

¡Sucos de todo los sabores!

Senna en las calles de Rio

Cerámicas de Selaron

La famosa escalera

Wall-e hace turismo también

Y nuevos amigos

¡Se lo pasó en grande!

¡Almería y su Indalo también están!

París, donde se conocieron sus dueños

Brasil

Acabamos nuestro paseo en el Parque de las Ruinas, con una cerveza en la mano, viendo un atardecer impresionante sobre Rio. Momentos de felicidad.

 

Puesta de sol en Rio

Recorrimos el barrio de Santa Teresa, donde hay bares y rincones muy bonitos (el Montmartre brasileño lo llaman), hicimos unas parada en el bar de Gomes, el cual nos costó encontrar, ya que todo el mundo lo conoce así, pero… ¡el bar tiene otro nombre! Para terminar el día, tomamos una hamburguesa en un bar alemán (Mike’s place) ¡Riquísima!

Bar de Gomes

Mike’s place

2 Comment
  • Adela
    Posted at 08:25h, 24 octubre Responder

    Bueno ya veo las maravillas que estáis viendo. Espero que todo siga así de bien.
    Me encanta cómo lo explicas todo.👏👏👏👏👏
    Seguir disfrutando y acuérdate de tu mamá.

  • Mª Del Carmen
    Posted at 18:17h, 25 octubre Responder

    Muchos saludos !!
    Yo me he suscrito para seguir tu aventura !!
    Me entretiene mucho leer tu increíble experiencia !!!
    Un besazo de parte de la Chiqui !!!

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