Rio. La maravilhosa (parte II)

Rio. La maravilhosa (parte II)

Día 3. Senderismo, Maracaná y Favelas.

Esa mañana, Harry y yo queríamos ver amanecer (o por lo menos intentarlo) desde lo alto de una montaña o «Morro» con vistas a Copacabana, donde se encuentra el «Forte Duque de Caxias».

Muy temprano por Copacabana

Todo salió, digamos… regular: nos levantamos a las 6 de la mañana… Ya había amanecido hacía cosa de una hora (por lo menos); llegamos donde empezaba el camino o «Trilha» y resulta que está en zona militar, y que no se puede entrar hasta las… ¡9:30! ¿y que hacemos en estas tres horas? Pues descubrimos que hay otro sendero… ¡pero hay que atravesar una favela! 

¿tú que dices? ¿subimos o no?

Nos da algo de miedo, sinceramente, pero decidimos hacerlo… Escondiendo antes todo lo de valor y mirando bien el mapa para no tener que sacar el móvil. Pero, lógicamente, nos perdemos por la favela, así que, nos toca preguntar. La gente, muy amable, nos indica el camino, pero… ¡qué camino! Cada escalera y calle estrecha que pasábamos nos ponía más nerviosos y cada vez tenía todo peor pinta… Por fin, encontramos el sendero y nos alegramos mucho de haberlo hecho porque tuvimos unas vistas magníficas de la playa y del morro de Pan de Azúcar, sin sol ni calor asfixiante.

Copacabana desde las alturas

Pan de azúcar muy cerquita

Vimos muchos Urubús

¡Menudas vistas!

Harry sin miedo

Ya sólo nos queda volver atravesando… ¡otra favela! Pero nos tranquilizó mucho cruzarnos con un grupo de excursionistas que iban a hacer el mismo sendero. Todo acabó sin ningún problema. El miedo es el peor enemigo. 

¡Hasta hicimos un selfie!

Volvemos al hostel, y como queremos ir a Maracaná, decidimos no perder más tiempo. Se apuntan con nosotros Mauro y Ramiro, dos chicos argentinos muy simpáticos que están en nuestra habitación del hostel.

Tras un divertido viaje en metro, llegamos a este impresionante estadio… Al que no se puede entrar. Así que hicimos las fotos de rigor en el exterior, y poco más.

¡Qué suerte encontrarnos a Pelé!

Wall-e y Chiwaca también vinieron

Maracaná

Visitando Maracaná con argentinos

Vamos a comer con las chicas. Después vamos a visitar… ¡otra favela! La de Santa Marta. Aunque es la segunda del día, y está «pacificada», nos da algo de «yuyu» pasar por esas calles tan estrechas… Se trata de la favela donde Michael Jackson grabó el videoclip de la canción «They don’t care about us» y que ha sido visitada por Madonna, entre otros famosos.

Favela St. Marta

Pero la que queríamos visitar era la de Vidigal (si, otra favela), ya que las vistas sobre Ipanema desde lo alto son preciosas, según nos han dicho. Después de un bus y un taxi que nos dejó en la parte baja de la favela (moverse en Rio no es sencillo) decidimos subir hasta arriba…¡andando!

Subiendo la favela Vidigal a pie

Más de 45 minutos después, reventados y un poco perdidos, llegamos a la cima. Había un poco de niebla y ya estaba anocheciendo (así que nada de puesta de sol),pero…

Vistas desde arriba con la luna llena

…encontramos un bar donde tomar unas cervezas y bailar un rato… Desde salsa, reggaeton… ¡Hasta «el venao»! ¡¡Lo pasamos genial!!

 

 

Favela style

Para bajar decidimos coger una furgoneta (otra experiencia para contar) donde conocimos a Gabriel, chico argentino (de Córdoba) con el que paseamos por la playa de Ipanema de vuelta a casa. Simpático, amable y con buenos consejos para mochileros como nosotros, un placer haberlo conocido. Queríamos salir un poco de fiesta, ya que era sábado, pero el cuerpo tiene un límite… Por hoy ya está bien.
Día 4. Copacabana y Trilha Dois Irmãos.

Domingo por la mañana. Copacabana. Esa playa mundialmente conocida hace honor a su fama. Imposible aburrirse en ella. Abarrotada de gente. Calor asfixiante. Vendedores ambulantes que ofrecen de todo: relojes, palos selfies, bikinis, brochetas de gambas, queso plancha, relojes, gafas de sol, bebidas, y un largo etcétera. Difícil tener un rato de tranquilidad. Bañarse es divertido con las olas. La vista, con el Cristo detrás, los hoteles antiguos y los morros, es muy pintoresca. Pero el sol pega fuerte y decidimos comer a la sombra… Con su respectiva siesta, por supuesto.

De un lado…

…hoteles y el Cristo del otro

Gente guapa por Copacabana

Panorámica… ¡No hay nadie!

¡¿Selfie panorámico?!

¡Paradón!

Las chicas deciden pasear por Ipanema, playa un poco más «chic».

Nosotros, hacer otra ruta de senderismo. El día anterior, Gabriel nos habló de una «Trilha» o sendero que empezaba en la favela en la que habíamos estado (Vidigal) y nos puso los dientes largos con la descripción.

Si, otra vez a subir arriba

Esta vez, para subir a lo alto de la favela tomamos una moto (miedito, mucho miedito) que nos dejó en el comienzo de la «Trilha Dois Irmãos»

La subida, la puesta de sol, las vistas… Todo fue espectacular.

Descansando de la subida

Despidiendo el sol

Desde allí arriba divisabamos casi todo Rio: Ipanema, Copacabana, Pan de Azúcar, Corcovado… Y al otro lado del camino una favela E-N-O-R-M-E. Impresionante. Ciudad de contrastes. Riqueza y pobreza, solo separados por un «morro».


La favela de día

… Y de noche

Disfrutando de las vistas

La noche cayendo

 

 

Rio se enciende

No podríamos tener una mejor despedida de Rio. Difícil de explicar. Instante de paz. De inmensidad. De sentir que no somos nada. Que la vida pasa demasiado rápido, pero que tenemos la suerte de poder disfrutarla. Viviendo al máximo. Como si cada día fuese el último. Momentos que te dejan sin aliento. Por todo esto decidí emprender esta aventura. Y, por ahora, me siento feliz. Gracias Rio. Volveremos a encontrarnos. 

Muito obrigado, Rio

¡Y seguimos!

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