Si tienes pensado viajar por Asturias, aquí encontrarás recomendaciones de lugares y restaurantes que visitar durante una semana.
En julio de 2021 decidimos pasar las vacaciones recorriendo Asturias en furgoneta camperizada y la verdad es que ha sido todo un acierto. El Principado es el lugar perfecto para huir del sofocante calor del sur en los meses de verano y descubrir paisajes típicos de otros países como Suiza o Nueva Zelanda.
Arrancamos desde Almería así que el primer día hicimos parada a comer en Toledo para no pegarnos una paliza de coche. Dormimos cerca de León y al día siguiente pusimos rumbo a Asturias bien temprano.
DÍA 1. Senda del Oso, Pedroveya y Oviedo
Senda del Oso en bicicleta
No había tiempo que perder y nada más entrar a Asturias nos fuimos a realizar la preciosa
Senda del Oso en bicicleta. Os recomiendo alquilar con algo de previsión (sobre todo en verano) las bicis con la empresa
TeverAstur. La senda dura unas 2-3 horas pero es muy asequible al realizarse toda en descenso. Las vistas son muy bonitas, recorriendo una antigua vía de tren, considerada como
una de las Vías Verdes más bonitas de España. Al llegar al final del sendero, te recogen y te devuelven a sus instalaciones en Entrago.
Sin tiempo que perder pusimos rumbo a
Pedroveya, ya que habíamos reservado para comer en
La Generosa.
Nuestra primera fabada en Asturias no pudo ser mejor. Y cuidado con el ansia de repetir, que el nombre que reciben no es casualidad y hay que dejar hueco para el arroz con leche… ¡Espectacular!
Con el estomago bien lleno, pusimos rumbo a
Oviedo (a unos 40 minutos en coche) Para esa noche habíamos reservado habitación en
Ibis Oviedo, para no tener que dormir a las afueras con la furgoneta.
Con Mafalda en Oviedo
Tras descansar un poco, nos lanzamos a pasear por las calles de Oviedo. Mafalda o Woody Allen son algunas de las estatuas que podemos encontrar como homenaje a los premiados por el premio Principe de Asturias que allí se entregan.
Visitar las calles de su casco antiguo (con el Ayuntamiento, el Mercado El Fontán o la Catedral) es muy recomendable. Además, cientos de bares y restaurantes inunda todos los rincones. La Sidrería El Gato Negro, La Corte de Pelayo (uno de los mejores cachopos) o la Marisqueria Casa Felix son algunas de las recomendaciones que nos hicieron. Finalmente nos decantamos por uno de los
Terra Astur de la calle Gascona, la calle de las sidrerías. ¡Todo un acierto!
DÍA 2. Oviedo – Luarca – Playa del Silencio – Cudillero
Amanecimos temprano y nos lanzamos subir a visitar el
Monte Naranco, donde se encuentran las iglesias prerrománicas de
Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y el
Cristo del Sagrado Corazón, desde donde divisar unas increíbles vistas de Oviedo… O eso nos habían dicho, ya que una intensa niebla nos dejó sin vistas y casi sin Cristo.
San Miguel de Lillo en el Monte Naranco
Desde allí pusimos rumbo a
Luarca (1h), un precioso pueblo costero donde comimos un excelente menú en
La Perla Negra y dimos un paseo por el pueblo: el faro, la playa de Las Arreas, la mesa de los Mareantes…
Pasamos a conocer la
Playa del Silencio, pero de nuevo la niebla nos impidió verla desde arriba y decidimos que no merecía la pena bajar.
Para terminar el día, visitamos el pequeño pero encantador pueblo de
Cudillero. Eso sí, como es lógico por las fechas, abarrotado de turistas…
Pasamos una noche muy tranquila en el mirador de La Peñona, bajo la niebla intensa que nos había acompañado durante todo el día.
Día 3. Gijón, Museo del Jurásico de Asturias y Lastres.
El primer destino de la mañana fue
Gijón. Estuvimos paseando tranquilamente toda la mañana por su casco antiguo hasta la escultura
Elogio del Horizonte. La verdad es que me hubiese gustado haber hecho algún tour por la ciudad para conocer un poco más de su historia, pero no habíamos sido precavidos y no habíamos reservado, así que otra vez será. Comimos un menú en la
plaza Lavaderu, pero la verdad es que fue un poco decepcionante y no os lo recomiendo.
La tarde la dedicamos a visitar el
MUJA (Museo del Jurásico de Asturias) Bueno, más que a visitar, a disfrutar como un niño chico. Soy un apasionado de los dinosaurios y, además de ser un museo muy entretenido y didáctico, el parque de alrededor con todos los dinosaurios es una fantasía para los peques (y no tan peques…) Más de 3 horas en total entre el museo, los vídeos y las fotos…
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¡Un T-Rex en Asturias!
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Disfrutando en el MUJA
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Con los Triceratops
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¿Y esto?
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¿Vuele?
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Con la familia de Piecito
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Dentro del MUJA
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Dos carnivoros
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Dando de comer a un Stegosaurus
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Fascinado por los dinosaurios
Pasamos por el mirador de
Lastres y disfrutamos de las espectaculares vistas desde allí.
Como al día siguiente íbamos a realizar la Ruta del Cares, habíamos reservado un hotel en Cangas de Onís para estar allí temprano. Cenamos un cachopo y una tarta de queso espectacular en
La Sifonería.
Día 4. Picos de Europa en 4×4 y Ruta del Cares
Tras desayunar, nuestro guía de la agencia
VivePicos (con la que habíamos reservado para pasar este día) llegó puntual a nuestra cita. Durante toda la mañana hicimos un recorrido por lugares de difícil acceso (algunos incluso de acceso prohibido a turismos) mientras Fran hacía de conductor del 4×4 y nos explicaba todos los detalles del Parque Natural.
A la hora de comer llegamos a
Caín, desde donde iniciaríamos la
Ruta del Cares. Fran nos había recomendado comer allí y aunque nosotros llevábamos un bocadillo porque no sabíamos que allí habría restaurantes, aceptamos su propuesta. Sinceramente, hubiese preferido comer nuestro bocadillo tranquilamente en mitad de la ruta, rodeado de naturaleza.
Y es que la Ruta del Cares es un sendero maravilloso que discurre entre acantilados. En nuestro caso, al salir desde Caín, se trataba de
12 km casi todo el tiempo en suave pendiente (con la excepción de unos 600m que son de subida) por un camino muy asequible hasta llegar a
Poncebos.
Recorriendo la Ruta del Cares
Tuvimos la suerte de no tener un calor excesivo ya que a lo largo del día vivimos de todo, desde sol hasta algunas gotitas de lluvia.
En mi opinión, para hacer el sendero ida y vuelta debes de estar preparado físicamente, ya que sumar 12 kilómetros cuesta arriba por el mismo sendero es mucha tela… Lo veíamos en la cara de sufrimiento de las personas que nos cruzamos por el camino.
Fran nos recogió al llegar a Poncebos y después de tomar un refrigerio en el bar, nos llevó de vuelta a Cangas.
Cogimos la furgo y nos fuimos al hotel El Repelao, esa noche necesitábamos dormir en una cama…
Día 5. Descenso del Sella, Cangas de Onís y Covadonga.
Como habíamos reservado para hacer el
descenso del Sella a las 12:00, nos levantamos y tomamos tranquilamente el genial desayuno de nuestro hotel.
¿Cómo explicar nuestra experiencia haciendo el descenso…? La experiencia nos gustó, sí… Pero había demasiada gente. No parábamos de chocarnos con otras canoas y la cantidad de grupos de amigos cuyo único interés era parar a emborracharse hizo que, por lo menos en nuestro caso, no fuese lo que esperábamos.
En fin,
os explico un poco cómo funciona. Al llegar (en nuestro caso a
Los Cauces) te dan un bidón estanco donde poder llevar tus cosas y que no se mojen. Si has reservado picnic (un triste bocadillo con 3 lonchas de chorizo y un agua) irá ya dentro. Después de ponerte tu chaleco salvavidas y coger tus remos, te dan una breve explicación de como se dirige la canoa y al agua. Luego, tú decides si abandonas en
la 1ª salida (a los 7 km) en la 2ª (a los 14km) o en la 3ª (a los 17km). A lo largo del recorrido encuentras chiringitos donde poder comer. Te avisan que como máximo debes estar a las 18:45 en la última parada. La gente paraba a hacer botellón en la primera curva…
Es verdad que partir de la primera parada había algo menos de gente en el río… Aún así, se notaba que era sábado y el primer día con previsión de sol desde el martes.
Descenso del Sella
En definitiva,
una experiencia divertida que tienes que hacer si vas a Asturias, pero muy diferente a las expectativas que yo tenía de ser un tranquilo paseo en canoa por el sella.
Nosotros bajamos en la segunda parada y aprovechamos la tarde para conocer un poco mejor Cangas de Onís y subir a visitar el espectacular
Santuario de Covadonga.
Nuestra idea era pasar la noche en los Lagos de Covadonga, ya que justo esa noche, al ser la Fiesta del Pastor el 25 de julio, se permite la pernocta allí arriba… Pero por culpa del virus no fue posible, así que subimos, vimos los lagos y volvimos a bajar, con una de las nieblas más espesas que he visto en mi vida.
Día 6. Lagos de Covadonga, Ribadesella, Bufones de Pria y Gulpiyuri.
Para subir a los
Lagos de Covadonga en verano tienes dos opciones: madrugar y subir antes de las 8:30 con tu propio coche o aparcar en uno de sus 4 parkings y subir en autobús. Por ello, te recomiendan que antes de subir mires
esta webcam en directo y, si hay niebla arriba (algo bastante frecuente) te ahorres el viaje.
Peeero, como os comentaba antes, el día de la fiesta del Pastor permiten subir turismos todo el día. ¡Mucho ojo, que la carretera es bastante estrecha, con curvas y con vacas que no se inmutan por la presencia de tu coche! Así que al mirar la webcam y ver que la niebla del día anterior se había levantado bastante, decidimos volver a subir para disfrutarlos con más tranquilidad. Tanta, que al final acabamos comiendo allí arriba.
Vacas en los Lagos de Covadonga
Os recomiendo que
toméis vuestro tiempo para recorrer toda la zona. El
Centro de Interpretación de los Picos de Europa y la zona de las antiguas minas son muy interesantes. Por supuesto, pasear por los lagos o hacer alguna ruta de senderismo entre vacas y terneros es toda una experiencia.
Tras comer un bocadillo, la niebla comenzó a hacer acto de presencia de nuevo y decidimos poner rumbo a
Ribadesella. Aunque hacía bastante calor, recorrimos sus calles encontrando la escalera de color, conociendo su playa, su puerto y sus helados.
Los
Bufones de Pria (a unos 30 minutos) nos gustaron mucho, y eso que no escupían agua. Se trata de unas formaciones que, cuando hay fuerte marejada, forman espectaculares géiseres en la tierra. Aquel día, a pesar de la pleamar más alta del año, el mar estaba en calma. Aún así,
el paisaje de rocas, acantilados y la playa merecen la parada.
La pequeñita
playa de Gulpiyuri pues… es curiosa y bonita, ya que es una playa que no tiene contacto con el mar. Pero, sinceramente, es prescindible si vas con el tiempo justo.
Aquella noche dormimos en uno de los mejores lugares de todo el viaje: la playa de Torimbia.
Día 7. Playa de Torimbia, Llanes y Cueva del Queso de Cabrales.
Después de una semana por Asturias, todavía no habíamos probado el Mar Cantábrico… Esa mañana bajamos a la preciosa
playa de Torimbia con la intención de disfrutar del sol y la arena. Tuvimos suerte y el sol hizo acto de presencia para que un friolero como yo se atreviese a bañarse en esas aguas tan frías (vengo del Mar Mediterráneo)
Playa de Torimbia
Nos habían recomendado un restaurante cerca de Llanes y pudimos reservar para comer al mediodía. Aquel día nos dimos un homenaje en Sidreria Casa
El Rubiu (las zamburiñas de allí una pasada).
Visitamos
Llanes tranquilamente paseando por su bonito casco antiguo y comprando algunos souvenirs.
Y como queremos hacerlo todo, habíamos reservado para hacer la visita guiada de la
Cueva del Queso de Cabrales. Es muy interesante si quieres saber más sobre la ancestral producción de este queso con Denominación de Origen Protegida (D.O.P)
Tras cenar unas croquetas y otras especialidades hechas con queso de Cabrales, pasamos la noche en un merendero en mitad de la naturaleza, aunque de nuevo la niebla había hecho acto de presencia.
Día 8. Bulnes y vuelta a casa
De lo poco que nos había quedado por visitar en Asturias de nuestra lista era el pueblo de
Bulnes y pensamos en subir a conocerlo en el funicular como última experiencia antes de tomar rumbo al sur.
El problema es que íbamos con el tiempo justo (teníamos que estar a las 18:00 en Alcalá de Henares, ya que habíamos reservado un Spa) y el primer viaje era a las 10:00. Lo hicimos y nos encantó Bulnes, pero estuvimos de acuerdo en que fue la foto más cara del mundo (estuvimos una hora escasa y el funicular ida y vuelto son 22€… ¡por persona!) Lo ideal sería subir o bajar andando y hacer la subida o la bajada en el funicular.
En fin, con
el precioso pueblo de Bulnes nos despedimos de Asturias y de un viaje inolvidable.
Bulnes
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